jueves, 1 de noviembre de 2012

Mi historia

Desde siempre he estado acostumbrada a ataviarme de risas y gente. Hace más de cincuenta años fui la casa donde centenas de jóvenes aprendieron contabilidad, administración, derecho y sobre todo, a ser personas justas y solidarias. En mi zaguán se formaron parejas a prueba del tiempo y altibajos cotidianos. Dentro de mi seno, en el sótano, albergué a pequeños que jugaban a ser vaqueros, astronautas y fantasmas. 

Mis pulmones son los árboles ubicados al frente, en la Alameda Zaragoza. Llevo años observando el caminar de las personas, vestidas de trabajo o paseo dominical, buscando siempre respuestas a esto que le dicen vida. Para mí, la vida no ha sido otra cosa que ser el hogar de muchos, de todos: además de Academia, también he sido guarida de objetos preciosos y viejos. Fui un bazar. 

Este año, a mediados de junio, me enteré de una noticia: desde los cuatro puntos del universo, los cuales puedo divisar a diario con el trayecto del sol, traerían millares de música y libros. Lloré. Las casas también lloramos, en las partidas y cuando llegan habitantes nuevos. Abrieron mis muros y mis ventanas, resanaron algunos espacios y me acariciaron con pintura blanca. Empezaba una nueva etapa. Escuché que vendrían miles de personas a visitarme a diario y cambiaron mi nombre.

Soy la Librería Carlos Monsiváis. Me pusieron este nombre en honor al último cronista vivo mexicano. Cuentan (eso le oí decir a un señor que viene todos los días y al parecer comanda a todo el mundo con sus proyectos, y le llaman Alfonso Vázquez) que era tan asequible que lo veían pasearse en el metro de México (ojalá las casas pudieran subirse a uno) con sus libros. Supo ver en los ojos de la gente del país y escribió radiografías graciosas y llenas de crítica aguda.

Sé que dentro de muy poco vendrán personas importantes a inaugurarme y entregarme a los saltillenses y norestenses (cuentan que soy la más grande de todo el Noreste Mexicano) como un regalo esperado por mucho tiempo. 

Mientras tanto, les iré contando cómo me van vistiendo de letras y música. Ojalá pudieran contarme lo que quieren ver en mí. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario